Miércoles, 12 de junio de 2013
Hay personas que tienen un rubor natural, aunque cada vez son menos, ya que lo que sí vemos cuando estudiamos una piel, son pieles muy sensibles que reaccionan al frío o al calor, o pieles apagadas.
Si no tenemos rubor natural, está el colorete que nos proporciona ese toque de frescor y lozanía a nuestras mejillas. Los hay en crema y en polvo. Casi siempre, si pensamos en un colorete, lo visualizamos en polvo, pero últimamente la crema ha irrumpido con fuerza en el mercado.
Diferencias
El colorete en crema en formatos mousse, barra…. nos aporta una apariencia de frescura, es más luminoso. La crema no se mantiene tanto tiempo, pero os aconsejo que una vez puesto el colorete os pongáis polvos traslucido para sellar.
Aplicad con los dedos suavemente para no desplazarlo, desde el pómulo difuminarlo hacia la sien, realizando un arco.
El colorete en polvo, en mate o satinado, es de más larga duración, y hay más variedad de colorido, marcas y precios.
Para aplicarlo, yo os recomiendo que no os compliquéis demasiado. Haciendo una mueca de sonrisa, elevad el pómulo, y es ahí donde hay que ponerlo difuminándolo hacía atrás.
Después, si se quiere, se puede realizar un colorete para realzar o disimular imperfecciones de nuestro rostro (rostro redondo, mandíbula prominente, etc.). Preguntad a vuestra consejera de confianza, quien, haciendo un estudio previo de vuestro óvalo de cara, os indicará cómo y dónde aplicarlo.
Siempre tened dos tonalidades: rosados y corales, para armonizar con el resto de color (labios, sombras…)
Aplicadlo con brocha de colorete, grande, mejor de pelo natural, plana o biselada. La brochita de la caja se suele usar cuando nos retocamos fuera de casa.
Productos recomendados:
-Blush Subtil Palette de Lancôme, 3 en uno: define, resalta e ilumina, 32€.
-Quick Blush de Clinique, colorete con pincel, todo en uno, 38,50€
-Dream touch Blush de Maybelline, 9€