No sin mi sombrero. Este podría ser el titular de este post. Lo cierto es que yo ya no tomo el sol directamente en la cara, y cuido mi rostro con una debida crema protectora (más de 50 o mejor pantalla total) y lo protejo de los rayos de sol con un sombrero, especialmente ligero para los días de calor, y unas gafas adecuadas. Reconozco que comencé a hacerlo demasiado tarde, cuando las manchas ya asomaban por mi rostro, pero es algo que debemos tener muy en cuenta: no exponer la cara directamente al sol. ¿Que no nos bronceamos tanto como nos gustaría? No importa, siempre se coge algo de color y hoy en día, con los productos cosméticos tan buenos que hay, podemos lucir un aspecto extraordinario con unos brochazos de polvos de sol después de haber limpiado e hidratado correctamente nuestro rostro.
Además, los sombreros favorecen mucho, solo hay que encontrar el modelo y el color adecuado. A mí me encanta perderme por los comercios con varios sombreros en las manos hasta encontrar un espejo, libre de miradas ajenas, para poder probármelos.
Siempre hay uno que será el más adecuado para ti, ya sea más o menos aparatoso, tipo más visera o pamela.
A mí me encantó este marrón que muestro en las fotos. Es de un tejido de rafia, muy ligero y apropiado para estos días. Lo compré a principio de verano en El Corte Inglés y es de la marca Jo & Mr Joe.
Tardes de verano: la naturaleza, un sombrero y mi amor enfrente.
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