Domingo, 22 de junio de 2014
El pasado sábado se celebró en el Teatro Principal de Zaragoza un homenaje a María de Ávila, la gran dama de la danza, que falleció hace unos meses (ver aquí su semblanza). Primera bailarina, maestra de maestros, directora de ballets, María de Ávila se entregó a la danza en cuerpo y alma. Fue con motivo de la actuación de la Compañía Nacional de Danza, que le dedicó su programa, un bello repertorio en el que recuperaba la danza más clásica.
Fue un acto sencillo, emotivo y muy sincero, que reunió a muchos de sus alumnos, desde su primera discípula, Ana María Górriz, hasta los niños y niñas matriculados en el estudio que dirige su hija Lola de Ávila, hijos de la danza que han hecho, de la mano de la gran maestra, que este mundo sea más hermoso, que han llenado de belleza los más grandes escenarios del mundo. En este acto, el consejero municipal Jerónimo Blasco anunció que María de Ávila dará nombre a una biblioteca en la ciudad.
Grande María de Ávila. Su legado perdura a través de sus alumnos y de su estudio de danza.