Jueves, 24 de octubre de 2013

Hoy, día de apoyo a la escuela pública quiero hacer una serie de reflexiones y reivindicar la importancia de una educación gratuita y de calidad, no sólo para formar a ciudadanos en diferentes materias, sino para educarlos en la igualdad y en la solidaridad, para formar a ciudadanos libres, valores que tenemos que recuperar hoy más que nunca. Respecto a los contenidos, difícilmente podremos tener una educación de calidad -de todos y para todos- si el profesorado sigue disminuyendo, si continúa el incremento del número de alumnos por aula, si se empeoran las condiciones sociolaborales de todos los trabajadores de las enseñanza y se merman los servicios complementarios de comedor y transporte.

Respecto a los valores, es imprescindible que educación y cultura vayan de la mano, que en la escuela se inicie a los niños en materias como las artes escénicas, plásticas, la música, el cine… que se les hable de la creación como la expresión del alma -La creación, decía Gabriel García Márquez es lo único que nos salva- . Por Dios, que no recorten las salidas de los escolares al teatro, a las exposiciones… porque el ser humano no es solo un compendio de conocimientos, sino también de emociones, y éstas también se educan.

Escribía Esteban Villarrocha, gerente del Teatro Arbolé, en un artículo publicado en enero en Heraldo de Aragón, que comparto: «La Educación es el arranque esencial y ejemplar para aprender a razonar. Lo que nos estamos jugando en la escuela no es un problema de que salgan más o menos eruditos, sino que salgan personas más libres, estas serán las que tienen que cambiar el rumbo y cambiar el modelo de convivencia. No necesitamos superdotados, necesitamos ciudadanos, en el sentido jacobino del término, incorruptibles e insobornables. La Educación tiene como objetivo contribuir a la formación integral de la persona, crear una conciencia como individuo y no perder la capacidad de reflexión y de crítica…

Así que hoy es un buen día para reflexionar sobre el tipo de educación que queremos para nuestros hijos, que tantas horas están en los colegios e institutos.