¡Hola! Hace cuarenta años, en una España en blanco y negro, surgieron una serie de compañías que hicieron del teatro de títeres un arte. Esos titiriteros ya no eran unos “asalta gallinas” ni gente del “mal vivir”, sino estudiantes universitarios o recién licenciados que querían cambiar el mundo y comunicar sus ideas a través de unos muñecos que podían decir y hacer lo que a los humanos les estaba prohibido, y que con una cachiporra podían abrir las cabezas de los malvados para que les entrasen las ideas, las nuevas ideas. Esos titiriteros ya no iban por los caminos en carromatos con la cabra y la pandereta, aunque sus furgonetas fueran de segunda mano y aún tuvieran que oír cosas como: “hijo mío, ¿eres titiritero?, tranquilo, peor sería robar bancos”.

Juan Muñoz e Irene Maroto, de La Tartana, con alguno de sus títeres
Una de esas compañías era La Tartana (dos años más tarde nacería en Zaragoza Arbolé, 1979). En estas líneas quiero rendir mi particular homenaje a esas pequeñas compañías de títeres que surgieron en los años 70 y 80, y que llevaron sus títeres a las plazas, los parques y las escuelas, primero con una función pedagógica y social que fue trascendiendo hasta convertirse en Arte con mayúsculas, hasta el punto de que esos títeres entraron en los salones y en los teatros e incluso se construyeron algunos de propio para ellos (Teatro Pradillo, Teatro Arbolé….).
Estos días, la compañía madrileña La Tartana celebra su 40 aniversario, cuatro décadas encandilando a niños y mayores con sus títeres por los escenarios de todo el mundo, y el Teatro Arbolé se ha puesto de gala para conmemorar este cumpleaños, poniendo en escena dos de sus grandes espectáculos. Este fin de semana presentará en Zaragoza: “Don Juan en las sombras de la noche”, para todos los públicos hoy viernes, y “El rincón de los títeres”, el sábado y domingo para el público familiar; así como una exposición con los títeres más emblemáticos de la compañía de una forma interactiva. Teatro Arbolé le rendirá un homenaje y le entregará el premio Pelegrín de Plata, como reconocimiento a la trayectoria de una compañía que ha sido pionera en el género de los títeres.

«Don Juan en las sombras de la noche» de La Tartana
La Tartana, como Arbolé, ha crecido al mismo tiempo que lo hacía la democracia en España. Sus títeres ayudaron a vestir a España de colores, al tiempo que construían y dignificaban un oficio –el de titiritero-. “Creamos equipos de trabajo que nos hicieron cuestionarnos el desarrollo del teatro y sus diferentes técnicas, buscando otra forma de hacer y, sobre todo, esa preparación continuada; investigando como creadores que somos, lo que podíamos aportar al desarrollo de nuestra actividad, al arte de la marioneta y, por ende, al arte del teatro”, relata Juan Muñoz, fundador y director de La Tartana.
“De ahí que La Tartana haya trabajado espectáculos tanto de autores clásicos como contemporáneos, óperas, teatro infantil, teatro de calle. Nadie puede negar que siempre se haya estado a la cabeza en la búsqueda de nuevas formas de expresión para su desarrollo. Proponemos espectáculos más o menos acertados, pero siempre interesantes. Trabajamos la música en estado puro, el objeto en movimiento, el movimiento en su esencia, el actor en su esplendor y la luz tratando de explorar su máxima dimensión dramática. No siempre ha sido un éxito, pero siempre ha sido un ejemplo”.

«El rincón de los títeres» de La Tartana
Un ejemplo durante 40 años. Cuatro décadas de resistencia, en las que no solo han sobrevivido sino que han creado puestos de trabajo y le han plantado cara a la crisis. Y yo solo les puedo decir a esos maravillosos titiriteros, que han prestado sus manos y su corazón a sus marioneta y muñecos, gracias por acompañarnos en la vida y hacerla más llevadera, por permitirnos conservar la mirada de niños, por haber hecho posible que nuestros hijos crecieran entre títeres, poemas, cuentos y “gentes del buen vivir”; por tener un refugio al que acudir cada fin de semana y dar rienda suelta a la ilusión y a la imaginación, para reencontrarnos con esas historias inmortales; gracias por tantos y tantos sueños.
Más información: latartanateatro.com – teatroarbole.es
Adoro el teatro así que me ha encantado esta entrada y me han sorprendido mucho los títeres por lo elaborados que son. Desde aquí mi enhorabuena a las autoras de este blog y a las compañías La Tartana y Arbolé. Que sea por muchos años. Saludos
Gracias, Mer. Amar el teatro denota tu gran sensibilidad. Me alegra que te haya gustado el post. Un beso.
Hola Ana, que cierto es lo que cuentas. Recuerdo cuando era pequeña lo contentos que nos poníamos mi hermano y yo cuando llegaba una compañia de titiriteros al pueblo donde vivíamos. el problema es que este mundo siempre ha estado estigmatizado porque ha crecido siempre a la sombra del teatro o al menos es como yo lo veo pero el fin siempre ha sido el mismo, entretener. Me ha gustado mucho el post. Un besito