Viernes, 24 de abril de 2015
¡Hola! Ayer, 23 de abril, Día de Aragón y Día del Libro, fue un día perfecto. Porque pasar la mañana rodeada de libros, que la escritora Irene Vallejo te dedique su novela y la mejor de sus sonrisas, y acercarme a la Fundación José Antonio Labordeta y que te inviten a participar en la lectura pública de su obra, le alegra el alma a cualquiera. Ayer hice todo eso y mucho más: disfrutar de una ciudad, que cada día me gusta más, pasearla, montarme en su tranvía… y tomar el vemú con amigos.
El Paseo Independencia de Zaragoza se engalanó ayer de sol, libros y claveles, para celebrar el Día de Aragón y el placer de la lectura. Yo tuve la suerte de que Irene Vallejo me firmara su novela «El silbido del arquero» y se hicera una foto conmigo. A su lado, un maravilloso Joaquín Carbonell charlaba con las personas que se acercaban al stand de la Librería París. Estampas como ésta: librerías y editoriales, público escogiendo sus lecturas, escritores, firmas, fotos… se sucedían a ambos lados de un concurrido paseo.
Y de allí, a la Fundación José Antonio Labordeta, que abría sus puertas e invitaba a la ciudadanía a celebrar el Día de Arangón y el Día del Libro leyendo la obra del recordado y querido cantautor y escritor aragonés. Y allí que fuimos para compartir con Juana, Paula y Fede, y todos cuantos ayer se acercaron a la Fundación, nuestro cariño y admiración por el hombre y el creador, que ha sido mi referente desde que puse los pies en este Aragón. Y me gustó tanto esta tierra que me quedé a vivir en ella.